Prueba de motor de cohete nuclear realizada por la NASA con el objetivo de un viaje de 45 días a Marte

 


La NASA se está embarcando en una ambiciosa misión para reducir drásticamente el tiempo de viaje a Marte. En colaboración con Lockheed Martin y DARPA, la NASA está reviviendo la investigación sobre la propulsión térmica nuclear, una tecnología que se exploró inicialmente hace 70 años.



El objetivo es probar un cohete de propulsión nuclear en el espacio para 2027. Este proyecto, denominado DRACO (Demonstration Rocket for Agile Cislunar Operations), tiene un presupuesto de aproximadamente 500 millones de dólares, con Lockheed Martin liderando el diseño, la integración y las pruebas de la nave espacial. mientras que BWX Technologies desarrollará el reactor de fisión nuclear para alimentar el motor.


La principal ventaja de un cohete térmico nuclear reside en su elevado empuje, similar a la propulsión química, pero con una eficiencia hasta tres veces mayor. Este avance podría potencialmente acortar el viaje a Marte de los siete meses actuales a unos sorprendentes 45 días.


Además, la NASA está considerando una conexión eficiente entre la Tierra y la Luna. Kirk Shireman, vicepresidente de la Campaña de Exploración Lunar de Lockheed Martin, enfatizó la importancia de una propulsión de mayor empuje, indicando que este proyecto podría estar al borde de un gran avance.


El proyecto se basa en investigaciones anteriores sobre cohetes nucleares, que se interrumpieron en la década de 1970 debido a limitaciones presupuestarias. Sin embargo, DRACO introduce una nueva opción de combustible que presenta menos desafíos logísticos. Al utilizar uranio poco enriquecido y de alto ensayo, el reactor basado en fisión puede calentar hidrógeno líquido a temperaturas extremas, generando el empuje necesario. Esta mayor eficiencia no sólo reduce el tiempo de tránsito sino que también minimiza los riesgos para los astronautas y disminuye los requisitos de carga útil para suministros y sistemas.


A pesar del prometedor potencial, aún quedan obstáculos técnicos que superar. Un desafío importante es calentar el hidrógeno a unos abrasadores 4.400 °F y almacenarlo a una temperatura increíblemente fría de -420 °F. Según Tabitha Dodson, directora del programa DARPA para el proyecto, esto sirve como una demostración dual, que muestra tanto el cohete térmico nuclear como el almacenamiento en órbita de hidrógeno líquido criogénico.


En el lanzamiento de prueba previsto para 2027, el reactor de fisión permanecerá inactivo hasta que el cohete alcance su órbita designada, lo que garantiza la seguridad. La Fuerza Espacial de Estados Unidos proporcionará el vehículo de lanzamiento para esta misión crucial. La prueba inicial de DRACO tiene como objetivo enviar la nave entre 435 y 1240 millas al espacio sin maniobras planificadas, lo que permitirá que el reactor utilice el nuevo combustible y recopile datos vitales. Además, con dos meses de hidrógeno líquido almacenado en la nave, las tripulaciones pueden explorar la posibilidad de repostar combustible en el espacio. Este ambicioso esfuerzo podría presagiar una nueva era para la exploración espacial, beneficiando tanto a Estados Unidos como a la humanidad en su conjunto.

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