(KTSDESIGN/Biblioteca de fotografías científicas/Getty Images) |
Cada agujero negro tiene un problema en su centro. Se llevan una pequeña porción del universo con ellos a medida que se evaporan en la nada a lo largo de los siglos. Lo cual, obviamente, va en contra de las reglas.
Es una paradoja que el difunto Stephen Hawking nos dejó como parte de su exhaustiva investigación sobre estos enormes objetos, lo que motivó a los científicos a reflexionar sobre posibles soluciones durante más de 50 años.
Aunque pasará algún tiempo antes de que sepamos con certeza si un intento reciente de físicos del Reino Unido, EE. UU. e Italia de crear una teoría novedosa es la solución que tan desesperadamente queremos, sin duda ha despertado cierto interés en los medios públicos.
Los agujeros negros son colecciones muy compactas de materia cuya gravedad distorsiona el espacio y el tiempo hasta el punto de que nada puede alcanzar la velocidad necesaria para escapar.
Normalmente, esto no representaría un problema importante. Sin embargo, Hawking solo se dio cuenta de que los agujeros negros deben 'brillar' en un proceso un tanto inusual hace unos 50 años. Harían que el Universo se curvara, cambiando las propiedades ondulatorias de los campos cuánticos para que se produjera radiación de calor.
Normalmente, la información que ingresa a un objeto radiante como una estrella estaría representada por el peculiar espectro de colores que emerge de su superficie. O es un residuo que queda en su cáscara muerta, fría y apretada.
La medida en que las características y el comportamiento del contenido de un agujero negro continúan teniendo un impacto en su entorno, incluso después de haber caído en el agujero, es una pregunta clave en la discusión sobre la naturaleza del banco de datos.
El equipo de investigación presenta un modelo plausible de cómo los datos dentro de un agujero negro pueden permanecer vinculados con el espacio circundante a través de su línea de no retorno, como ligeras perturbaciones del campo gravitatorio del agujero negro (los cabellos). Este modelo se basa en cómo los gravitones podrían comportarse potencialmente bajo ciertos estados de energía.
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