La nave espacial Voyager 2 de la NASA, actualmente a 12.400 millones de millas de la Tierra, ha enviado una señal al control de la misión, desacreditando los recientes rumores de su inminente desaparición.
Sin embargo, sigue sin resolverse un problema de comunicación persistente. El problema comenzó hace dos semanas cuando la NASA transmitió un comando potencialmente defectuoso, provocando que la antena de la Voyager 2 se desviara dos grados de la Tierra. Como resultado, los datos que envía la nave espacial ya no llegan a la Tierra y la nave espacial no recibe órdenes de los controladores terrestres.
La Red de Espacio Profundo (DSN), una red mundial de grandes antenas e instalaciones de comunicación que soportan naves espaciales interplanetarias, recibió una señal portadora de la Voyager 2.
Esta señal de "latido" confirma que la nave espacial de 46 años goza de buena salud. Sin embargo, la Voyager 2 aún no está fuera de los bosques interestelares. Las señales de la Voyager 2 tardan aproximadamente 18,5 horas en llegar a la Tierra a su distancia actual.
El siguiente paso para los controladores de misión en el Laboratorio de Propulsión a Chorro (JPL) de la NASA es intentar reorientar la antena de la Voyager 2 para que apunte correctamente hacia la Tierra. Si estos intentos fracasan, la NASA tendrá que esperar hasta el 15 de octubre para reiniciar el sistema autónomo, lo que la sonda hace varias veces al año para mantener su antena en la posición correcta.
Lanzada por la NASA el 20 de agosto de 1977, la Voyager 2 exploró los planetas exteriores del sistema solar con extraordinario detalle. Es famoso por su gran recorrido por los cuatro planetas gigantes (Júpiter, Saturno, Urano y Neptuno), que proporciona datos e imágenes invaluables de sus atmósferas, lunas y magnetosferas.
A pesar del actual problema de comunicación, la Voyager 2 continúa aventurándose más profundamente en el espacio interestelar, operando mucho más allá de los parámetros originales de su misión. Su gemela, la Voyager 1, sigue siendo el objeto creado por el hombre más alejado de la Tierra, y también está enviando datos desde el espacio interestelar. Se espera que ambas sondas sigan operativas durante varios años más.
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